domingo, 14 de noviembre de 2010

HOPKINS. CAPÍTULO 5

El destino me robó lo que yo más quería, pero, ¿saben qué es lo más curioso? Nadie sería culpable de lo que me pasaría a mi, ninguna figura humana tendría la culpa de mi situación, pero yo me empeñaba en buscar un culpable, y lo encontré, si, claro que lo encontré, epro no era ninguna figura humana como ya les dije antes, su nombre era NOVEDAD.
Eso cabó con más de la mitad de mi felicidad, pero saben qué?
Le debo algo. Le debo mi independecia, mi frialdad en cierto modo, porque mi frialdad por absurdo que parezca es buena aliada mia, ya que para mi, querer demasiado a alguien, es encadenarse a la tristeza eterna.
Si señores, le debo mi independecia, mi forma de pensar, le debo el haber aprendido cosas nuevas, le debo parte de mi madurez, le debo parte de mi amistad actual, todo eso.
Le perdoné a soledad mis llantos de cada día, le perdone mis sentimientos de soledad, le perdone, le perdone mis riñas personales, le perdone todos los palos que me dio.
Solo que novedad no es ni fue nunca para mi NOVEDAD.